One-Star Squadron
Mark Russell/Steve Leiber/Dave Stewart
ECC Cómics
El 2022 fue el año en que vimos editado en nuestro país Not All Rabots, fábula distópica que golpeó sobremanera entre la marea ingente de novedades que se editaron durante el 2022 (más de 4000 referencias). Tras este excelso cómic, se hallaba el talento creativo y narrativo de Mark Russell (guionista de otras obras muy destacadas como The Flintsotones o Pretz) quien se haya consolidando su carrera y, sobre todo su ojo crítico, ácido y sumamente certero merced a guiones que desprende una gozosa y dolorosa lucidez sobre la sociedad contemporánea. Un mundo cada vez más en apuros por la amenaza constante y pretoria de un medioambiente cambiante y asfixiante, un entorno laboral asfixiante y generador de una perpetua ansiedad que irriga la conciencia ciudadana embriagada de un postmodernismo hiperconsumista de tintes deshumanizadores. Con esto no quiero sonar pesimista, también hay muchas cosas por las que merece estar al pie del cañón pero, eso, es historia de otro costal.
En la tarea de la creación de nuevas realidades gráficas, Russell aplica una visión multifactorial y descacharrantemente crítica a través de trasuntos superheroicos (como en el caso que nos ocupa) o robóticos para denunciar los muchos vicios y pocas virtudes de un mundo que se desliza con temerosa rapidez hacia la catástrofe ecológica por medio de un hiperconsumo absolutamente desgarrador y deshumanizador y, es por eso, que en muchas ocasiones la elevación hacia otros personajes de pura imaginería fantástica sirve como sardónica catapulta narrativa para un lector al que se le dibuja una sonrisa en el rostro, mientras se lacera paulatinamente el alma.
Estamos ante uno de los tebeos que, a través del mundo superheroico, lanza una de las miradas más incisivas y sardónicas contra el ecosistema económico, político y social de nuestros días. Una carga de profundidad revestida de apariencia ligereza, centrada la narración de una empresa de servicios muy particular ya que superhéroes venidos a menos, de segunda fila en una Metropolis con la gran figura de Superman proyectando sombra sobre todas las acciones de la vida, ya tengan carácter mundano o extraordinario, realizan todo tipo de encargos para sobrevivir. Desde asistir a fiestas de cumpleaños, dar seguridad a personajes de baja estofa e incluso telemarketing. Todo ello, bajo la gerencia de Tornado, un superhéroe que vivió tiempos mejores y que ahora se debate entre las luchas propias de una oficina y las presiones de una gran corporación obsesionada con los tiempos modernos de hipercapitalismo.
Una brutal alegoría de los tiempos (post) modernos que mientras te dibuja una sonrisa en el rostro, repiquetea sobre tu conciencia de clase. Brutal y necesaria.
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas