New Order, Joy Division y Yo
Bernard Summer
Sexto Piso
«Hay tantas realidades como puntos de vista.»
José Ortega y Gasset
La influencia de Joy División resulta inversamente proporcional a lo efímero de su trayectoria discográfica, interrumpida abruptamente por el terrible suicidio de Ian Curtis. La banda de Manchester alarga la impecable estela de su legado desde hace más de treinta años. Numerosos grupos actuales no dejan de nombrarles como influencia, se siguen reeditando y vendiendo sus discos, se venden camisetas con la icónica portada del «Unknow Pleasures» en grandes almacenes textiles o se lanzan al mercado editorial libros que revisten ese aura. Este es el caso que nos ocupa. El que fuera guitarrista de Joy Division y posterior cantante de New Order, Bernard Summer, traza un relato autobiográfico de escrupulosa cronología y que no ahorra detalle, subjetivo por supuesto, de todo lo que ha acontecido en tan magna carrera musical.
Si bien el libro tiene una parte inicial con una brillante y orgullosa crónica de la épica y miseria adolescente en un barrio «duro» de Manchester (Salford) rápidamente Summer, economicista y pragmático en todos sus esfuerzos entra a narrar sus vicisitudes con Joy Division y New Order, banda ésta a la que liga íntimamente con la aparición de otro fenómeno en el Manchester de finales de los 80 y principios de los 90: The Hacienda. La ambiciosa y ruinosa discoteca de global influencia. Al estar ante una realidad poliédrica, según quien la narre será mayor o menor protagonista, lo interesante del libro de Summer es lo concienzudo de su narrativa y lo detallista (a veces en exceso, sobre todo en aquellos aspectos más técnicos de la grabación de discos de New Order) de su relato, además de no esconderse en todos aquellos temas más polémicos, en los que expresa su punto de vista, pudiendo gustarnos más o menos, pero, lo cierto es que no esquiva asuntos peliagudos.
La precisión quirúrgica con la que está escrito el libro ralentiza en ocasiones su lectura y en otras lo agiliza sobremanera (la anécdota del promotor de New Orleans es épica), dando como resultado un artefacto literario muy interesante para los amantes de unas bandas y una época que aún siguen forjando su leyenda, y, como dejó por escrito Baltasar Gracián: «Es tan difícil decir la verdad como ocultarla.»
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas
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