Macarras Interseculares. Una historia de Madrid a través de sus mitos callejeros.
Iñaki Domínguez
EMelusina
Desde la icónica foto de portada, el boxeador Dum Dum Pacheco (solo el merece un libro), hasta la última tesis expuesta por Domínguez en el epílogo, estamos ante una crónica urbana madrileña memorable. Un fresco de historia oral sobre el Madrid de finales de los setenta, ochenta, noventa (esta época necesita de una obra específica) y principios de los dos mil en el que numerosas bandas, tribus urbanas, grupúsculos, habitaban sus calles cometiendo todo tipo de tropelías que, en cierta forma dotaron de carácter a una ciudad que a día de hoy ha sucumbido a la homogeneización cultural derivada de la gentrificación.
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Crónica de macarras, raperos, pequeños delincuentes, yonquis, bakalas, skinheads y diferente canallesca que surge en diferentes núcleos urbanos de Madrid (el autor traza un notable esfuerzo de exógeno estudio urbano) y cuyas andanzas pueblan un anecdotario al cual el autor dota de un hilo conductor sin renunciar a la obligada mixtura de escenarios urbanos y sociales, que además de dotar de un jugoso anecdotario de la vida y milagros de tan peculiares personajes, nos da una semblanza de la evolución socioeconómica de la capital del estado español.
Una ciudad que sale del letargo franquista a base de éxtasis colectivo e inmersión narcótica y termina por derivar en una sociedad eminentemente violenta, sobre todo en los años noventa, fruto de la tensión acumulada entre las zonas del extrarradio y las más acomodadas (aunque como bien se documenta en el libro la Malasaña y Chueca de los ochenta, nada tienen que ver con las actuales). Un libro necesario, incómodo para la visión idealizada de una ciudad que ha crecido en base a sus contrastes y la desigualdad, que devora, ha sido devorada y devorará a generaciones. Imprescindible.
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas