La banda murciana Viva Suecia publicó el pasado viernes su tercer disco de estudio, “El milagro”, y no se trata precisamente de esto por lo que han logrado su actual éxito. Todo el esfuerzo, tesón y dedicación que llevan desarrollando desde su formación ha terminado por cristalizar en este nuevo álbum. Un disco tan épico como íntimo, del que hablamos en las oficinas de su discográfica Subterfuge, con Rafa Val (Cantante y guitarrista), Fernando Campillo (Batería) y Alberto Cantua (Guitarrista)
- “El milagro” es un disco que cuando lo escuchas por primera vez te entra de una forma y según lo sigues oyendo te entra de otra. A tenor de todas las influencias que reconocéis haber puesto en su elaboración, ¿en qué momento os dais cuenta de lo notable que está estructurado el disco?
Rafa Val: Claro, paso una cosa muy curiosa. El orden también está elegido en base a lo que comentas. De hecho, el orden nos lo sugirió Carlos Hernández el productor porque nosotros desde dentro lo vemos de otra manera y a veces necesitas esa visión. Nosotros nos encerramos en julio del año pasado y éramos conscientes que tenía que haber una evolución en el sonido de la banda, teníamos que mirar hacia otro lado. No un disco radicalmente diferente pero sí con cosas nuevas y nos esforzamos muchísimo en que pasara eso. Entonces cuando empezaron a salir un par de temas y comenzamos a obviar esa idea es cuando ésta se hizo realidad.
De repente estábamos obsesionados con Danger Mouse, con Gnarls Barkley, con Kiwanuka y luego sale The Cure, James, sale una línea de bajo… Y nos sale un disco que no es conceptual, no tiene una línea narrativa ni a nivel texto ni a nivel música, pero sí que está pensado. La primera parte podríamos decir que es la más continuista, con canciones como “Lo que te mereces” o “Qué querías ser de mayor” que se ajustan un poco más a lo que la gente entiende por lo que es Viva Suecia y de repente empiezan a ocurrir una serie de cosas, hasta el final que siguen siendo la esencia de Viva Suecia, pero vamos tocando otros palos. De repente hay ritmos diferentes, hay cuerdas, hay vientos, hay un montón de cosas más y termina con una canción que tiene una parte electrónica, que va todo loopeada, que es la más experimental del disco.
Alberto Cantúa: También al ganar confianza en nosotros mismos nos permite explotar en otros sitios, pero sin perder la esencia. De lo que se trataba era de quitarnos un poco los prejuicios e intentar ahondar en otros sitios.
- Viva Suecia tiene una voz propia dentro del panorama musical actual. Todo eso en un período de exposición relativamente corto y, sí a eso le sumamos la evolución que se aprecia en este disco y la recepción del público, ¿cómo sois capaces de digerir tantas sensaciones?
Rafa Val: Yo todavía me lo pregunto, pero hacemos como siempre: nos encanta currar, vamos hasta arriba haciendo cosas, pero lo hacemos con gusto. Pero ahora vuelvo la vista atrás y digo cómo hicimos una gira de ochenta y pico conciertos, cómo compusimos y grabamos un disco en medio de todo eso… La verdad, es que no sabría decírtelo, pero, no sé, supongo que los cuatro remamos en una misma dirección, tenemos muy claro lo que queremos y lo que no. Al final los cuatro somos muy productores, influimos mucho en las decisiones y en lo que suena en cada canción y, con la ayuda de Carlos hemos llegado al punto que queríamos. Creo que incluso por encima de la idea inicial.
Fernando Campillo: Es una cosa que hemos hablado alguna vez y es que si hubiésemos tenido tanto tiempo no sabemos si hubiésemos hecho este tipo de disco u otro totalmente diferente.
Rafa Val: Funcionamos muy bien bajo presión.
Alberto Cantúa: En esas tensiones de trabajo, de la vida en la carretera, también te da muchas herramientas para meterte en el estudio.
Rafa Val: Al final, estás todo el tiempo en la rueda y eso también ayuda mucho.
- A esa presión que os infringís vosotros mismos hay que sumarle la presión añadida del público, cuya reacción a cada single que publicabais era enorme. ¿Cómo combináis esos factores ante la salida del disco?
Rafa Val: Creo que nosotros somos más exigentes que nadie. Para nosotros, lo que toca en ese momento, es lo mejor que podíamos hacer.
Alberto Cantúa: También presionamos, en el buen sentido de la palabra, a la gente que se involucra. De hecho, a Carlos Hernández nos lo cargamos, cuando nos entregó la mezcla estuvo un mes malo, pero bueno, es síntoma de que se ha dejado la piel y todo el que pasa por aquí, lo llevamos al extremo. Cuando nos planteamos el disco, sabíamos que todo el mundo que fuera a entrar en él tenía que entrar al mismo nivel en que estábamos nosotros.
- Y de esa idea original y su recorrido posterior, ¿qué queda en “El Milagro”?
Alberto Cantúa: La hemos tenido que entender. Cuando nos sentamos con Carlos algo que nos importaba mucho es que se escuchara todo, algo que es bastante complicado hoy en día. Queríamos que se entendiera todo y nos obsesionaba mucho esa idea.
Rafa Val: Hemos tenido que entender una cosa y es el tratamiento de las guitarras. Las guitarras no ocupan el ochenta por ciento del disco, sino que, de repente, las guitarras dejan hueco a unas cuerdas o que dejen espacio a un sinte, o a unos vientos … Todos tuvimos que ponernos en la tesitura de que la caña la iban a poner la batería y el bajo y los demás vamos a apoyar la canción.
Alberto Cantúa: Por ejemplo, en la canción “El milagro” pedimos a Carlos que quitara guitarras, que no pasaba nada. Al final, todos nos hemos dado cuenta de que, como en el jazz, hay que dejar huecos a todo el mundo, dejar su protagonismo a cada uno para que sume. Siempre decimos que lo importante es la canción.
- “El milagro” es un todo, desde la música hasta las letras, donde el protagonismo de estas se debate entre la perpetua dualidad del ser humano, un ejercicio de autoafirmación y los miedos respecto a éste. Esto se resume muy bien en “Lo que te mereces” cuando cantas, “hoy me he levantado tarde, hoy voy a joderme el día”.
Rafa Val: En concreto esa canción es un resumen de lo que te puede pasar en un día. En un día chungo, generalmente un lunes. Nosotros vivimos los lunes de otra manera. Los que curramos en esto, no madrugamos los lunes por lo general, porque venimos de un fin de semana donde hemos estado tocando y todo lo que conlleva eso. Es entonces, cuando te levantas el lunes cuando decides estropearte el día porque voy a levantarme tarde y sabes que podías haberte levantado antes y aprovechar más el día, pero tomas la decisión de no hacerlo así. Realmente, son un montón de cosas que pasan en un período de tiempo pero que se te pasan por la cabeza en un mismo día y a pesar de intentar aparentar una cierta seguridad, por dentro estás cagado de miedo.
Alberto Cantúa: Hace unos meses, tu zona de confort se ha ido a tomar por culo. Hace poco, estando en Colombia, en una especie de recepción oficial, nos preguntaron a qué nos dedicábamos y Jesús y yo nos miramos y dijimos: músicos. Y eso nos sacudió por dentro. Es pegarle una patada a tu vida. Aún así, nosotros vemos más luminoso el disco.
Rafa Val: Es más positivo.
Alberto Cantúa: Creo que hay un viaje en el que hemos perdido muchos miedos. A la hora de hacer ciertas canciones hay que tener mucha seguridad y, creo que, en estos dos últimos años con tantos conciertos a nuestras espaldas, te hacen entrar al local con más responsabilidad, pero también con más seguridad.
Rafa Val: Creo que las inseguridades y los miedos los veo de una forma más positiva. A nosotros nos sostiene la inestabilidad. Si tuviésemos quinientos mil euros en el banco cada uno, no habríamos hecho este disco, te lo garantizo. No lo habríamos hecho porque no habríamos girado, porque tendríamos otras necesidades. Pero, no sé, es algo inherente al ser humano.
Alberto Cantúa: Es nuestra vida al final. Coger esas inseguridades y hacer canciones.
Fechas y entradas de la gira de Viva Suecia aquí.
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas