Entrevista a Colet
El comienzo de la primavera de este nuevo año ha traído consigo el lanzamiento del primer larga duración de la artista catalana COLET: La tapada. Ocho canciones que se alejan de los cánones establecidos y transitan entre tonadas de inspiración vanguardista enraizadas en la tradición pop más clásica.
1. Antes de nada, ¿puedes hablarme del entorno musical de tu familia? ¿Era un hogar donde se escuchaba o tocaba música a menudo?
Donde solíamos escuchar muchísima música era en el coche de camino al colegio. Era el momento de elegir los CDs y poner el play. En el coche siempre se ha escuchado mucha música, en casa a ratos. Mi madre y yo bailábamos juntas frente al espejo haciendo coreografías y también nos cantaba mucho (a mi hermano y a mí).
Tuve la suerte de que en la guardería y en el primer colegio de Grecia, nos enseñaban a través de la música (aprendí el abecedario cantando) y recuerdo la primera función musical que hicimos en el cole. Yo era granjera y tenía que ir con botas de agua. No tuve mejor idea que presentarme con unas botas de agua de la Barbie, rosas. Y me sentí como una gran estrella.
Al llegar a casa les dije a mis padres que quería hacer esto toda mi vida. Ellos nunca han tocado ningún instrumento, pero sí que mi padre alguna vez se ha sentado al piano y saca temas de oído con un dedo. Mi madre canta muy bien y tiene mucho oído. De pequeña me regalaron un micro que tenía sonidos de aplausos y yo cantaba y luego pulsaba el botón de los aplausos para sentirme arropada por mi público imaginario.
Ya de mayor descubrí que había una parte de la familia (primos terceros) que eran músicos, y me hizo tanta ilusión, que a día de hoy quedamos y tocamos. Pero directamente, nunca nadie en casa ha tocado nada.
2. ¿Qué discos te animaron a dedicarte a la música?
De los primeros discos que tuve fue Servicio de Lavandería de Shakira y me encantaba imitar la voz de Shakira y creerme que era ella. También me marcó mucho Eurojunior u Operación Triunfo. Yo empecé con la música porque le hice una promesa a una niña del colegio que tocaba el violín (en Grecia) y le dije que si me dedicaba una canción, yo cuando llegase a España, tocaría el violín y el piano. Y así fue.
No me acuerdo que tocó ni cómo sonó, pero lo hizo en el autobús. Sabía que me quedaba poco tiempo en Grecia porque en casa ya decían que “volvíamos a casa”. Cuando volvimos, lo primero que hicieron mis padres fue apuntarme a violín. Tenía cuatro años y medio. Luego ya empecé con el piano y a partir de ahí siempre he querido tocar instrumentos, cantar y aprender (aunque también tuve mi época rebelde en el Conservatorio). El día que descubrí a La Oreja de Van Gogh, me cambió la vida. Por mi cumple me regalaron el disco.
Discazos: Servicio de Lavantería. ABBA Gold, Viaje a Copperpot de LODVG.
3. De todo ese bagaje, ¿qué te has llevado a tus canciones?
Creo que un poquito de todo. Claramente, los sintetizadores y los estribillos, que algunos son muy repetitivos y de forma inconsciente, ya mi cuerpo lo tiene asimilado como música y lo hago a mi manera.
4. ¿En qué te has inspirado a la hora de hacer estos temas?
En cosas que me pasan en el día a día, o que siento, o que pienso. MAMA MARIA vino de una discusión con mi madre y la escribí para pedirle perdón, pero no se la enseñé hasta al cabo de un año. DON FEDERICO la hice para contar mi historia para que más gente se pudiese sentir apoyada y escuchada, X TU CULPA porque culpaba a otro en vez de mirarme a mí y decir “ostras, quizás estás sintiendo cositas tú”, VAYA MOOD porque me levanté un día con un estado de ánimo súper guay, como enamorada, pero sin estarlo. CAÍDA LIBRE, porque tenía guardada tan dentro la decepción que la tenía que exteriorizar… y así con el resto del disco.
Siempre me inspira la gente que tengo a mi alrededor y las experiencias que me pasan.
5. Me gustaría saber cómo ha sido el camino de elaboración de este disco. Es decir, qué ha sucedido desde que te lo imaginasteis hasta que finalmente ha visto la luz.
Ha sido largo e intenso, la verdad. Contaba solo con dos semanas de estudio de grabación. Las canciones llevaban hechas años (algunas). La mayoría de temas del disco como mínimo tenían 1-2 años desde que las había compuesto. Hay que incluso 7-8. Tenía referencias de sonidos que me gustan y que no.
Quería que fuese súper rítmico y primero tuve una reunión con Stefano y hablamos de referencias. Para mí había una que lo resumía todo: “Soy un Gnomo”, es la canción que engloba mi instrumentación ideal. Me encanta y para mí no pasa de moda.
Llevé maquetas en el estudio que grabé yo en mi casa con el Logic. Un poco cutronas, pero que ya se podía ver hacia dónde iba cada canción. Y la primera semana la basamos en dejar las canciones “hechas” a nivel instrumental y demás, y la segunda semana pulimos y grabamos voces.
Para mí fue muy duro el proceso, no te voy a engañar. Estaba además con mucho trabajo donde trabajaba antes y todo el mundo me reclamaba y no me dejaban tiempo para mí. Peté y me rompí en el estudio. Recuerdo irme a llorar y decirle a Stefano que necesitaba cinco minutos. A día de hoy no sé si Stefano sabe que realmente estaba llorando.
Fue bonito, me lo pasé muy bien, pero ahí tenía que aprender a priorizarme a mí y no lo estaba haciendo. Ahora ya esto lo estoy aprendiendo más, pero fue muy duro. Divertido, pero duro.
6. ¿Cómo te sientes una vez que tu obra es lanzada al público? ¿Es más satisfacción personal o miedo a lo que pueda pasar?
Ahora ya es incertidumbre. Es como que yo ya lo he hecho todo y ya no está en mis manos. Lo único que puedo hacer es promocionar cuando me toque, hacer un buen directo, mucho show y seguir… pero ahora ya está en manos del público y si me quieren escuchar, pues increíble, pero si no, no sé qué más puedo hacer yo, supongo que seguir picando piedra. Ojalá les encante y me pueda dedicar a “full” con esto, pero el mundo de la música es muy complicado y nunca te puedes hacer expectativas.
7. ¿Cuál es el mejor momento para escucharlo? ¿Qué situación sería para ti la idónea?
Para mí cada canción se podría escuchar en un momento distinto del día, pero si es el momento “escucha todo el disco” sería por el mediodía. A la hora de la siesta, cuando estás cansada, pero no puedes descansar porque tienes que seguir trabajando. Es como, vale, pues sigo con mi día. Ojalá VAYA MOOD en una discoteca, la verdad, pero yo como escucho música a horas súper randoms, pues cuando a la gente le apetezca más. También en un roadtrip, a lo película, con amigxs de camino a algún sitio aleatorio.
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas
Fotos: Alba González