Crónica Florence and The Machine Wizink Center
“La perfección se logra al fin, no cuando no hay nada que agregar, sino cuando ya no hay nada que obtener”.
Antoine de Saint-Exupery
La solvencia de Florence Welch quedó grabada a fuego en su paso por Madrid. Más de quince mil personas entraron en comunión sónica, emocional e incluso espiritual con la artista londinense y su excelsa banda en apenas cien minutos de recital.
Un concierto ad continuum, de impecable ejecución, con una frontwoman entregada a su publico (impagable verla corretear por todo el Wizink mientras entonaba What Kind of Man) sostenida por una banda ejemplar que cristalizó en un recital tan perfecto que, al que suscribe estas líneas, le escamó un poco.
Es muy difícil ponerle un pero a esta artista total, pero su calculado efectismo en el escenario y sus más que estudiadas coreografías, terminaron por alejarme un tanto, dado que en ocasiones requería una mayor improvisación para que me calara más profundamente. No obstante, esta es mi opinión y como tal no puede prevalecer sobre el eterno goce que disfrutó un público absolutamente extasiado en los diecisiete temas (chapeau en la elección del setlist) que Florence Welch cantó de forma magistral, sobresaliendo el carrusel que supusieron South London forever, Patricia y Dog Days Are Over, toda una lección de puesta en escena, canto y desarrollo musical que consolidaron a la artista como uno de los referentes musicales de la actualidad.
Juan A. Ruiz-Valdepeñas