Crónica del concierto de Hinds en Madrid
10.11.2017
Sala Ochoymedio
” Hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja. “
Jean de la Bruyere
La banda madrileña Hinds, en esta especie de never ending tour que está siendo su carrera desde que se dieron a conocer, colisionaron con estrépito, buen hacer y algarabía en la Sala OchoyMedio enclavada en el barrio que exhuma su esencia melómana: Malasaña. A modo de teloneros, actuaron Alien Tango, un grupo que es una buena muestra de que la actitud no puede con todo. Empezaron el concierto como un remedo glam psicotrópico y lo terminaron en una especie de pastiche de estilos musicales un tanto desconcertantes.
Hinds iniciaron su recital con la febril Garden que, a pesar de una deficiente ecualización (algo que se fue arreglando poco después) hizo las delicias de la joven y entregada audiencia allí congregada quien no paró de disfrutar, botar, bailar y corear durante la hora restante. A partir de aquí, la banda iba arrojando sus nervios al abismo gracias a una ristra de canciones tremendamente efectivas, simpáticas, bien interpretadas, sin complicaciones pero muy ambiciosas en su puesta en escena, algo que gracias a los cientos de conciertos que han dado se la ve trabajada y naturalizada. De esta forma fueron sonando Fat Calmed Kiddos, Warts, Walking Home, Caribbean Moon, Castigadas en el granero, Chili Town, un tema nueva y para concluir un bis de cuatro canciones donde se desató la locura (con una de las cantantes Ana Perrote, lanzándose al público) gracias a temas como Holograma o Bamboo.
En suma un concierto realmente disfrutón, punto de partida ideal para un viernes de jolgorio, desenfado y ganas de vivir, porque tal como dijo Mark Twain: “Cumplamos la tarea de vivir de tal modo que cuando muramos, incluso el de la funeraria lo sienta.”
Galería de imágenes:
Redacción: Juan A. Ruiz-Valdepeñas
Fotos: Mónica Árevalo